martes, 1 de abril de 2014

Batacazo socialista en Francia

Cuando las barbas de tu vecino… pon las tuyas a remojar.

El problema es que no sabe uno si decírselo a los de aquí, y se vayan preparando para mayores caídas… o decirles a los de allí que no pusieron sus barbas a remojar cuando vieron lo que pasaba por España y actuaron como si no fuera con ellos.

En Francia no pasaron por La Transición, así que difícilmente culparán de sus males a aquella etapa típicamente española, pero los problemas en muchos aspectos son los mismos que aquí. Salvando las particularidades de cada país, que existen y golpean con fuerza en nuestro caso, la realidad es que la crisis golpea duramente a Francia -estaba desde el principio en el grupo intermedio de países problemáticos entre norte y sur- y que Hollande ha quemado muchas de las expectativas generadas, que tampoco eran excesivas, pero desde luego llegaban más lejos de lo que hemos visto, tanto en medidas específicamente económicas, cuanto a las políticas de construcción europea que debían empezar por contrapesar a Merkel.

La crisis es algo más que la repercusión de las subprime de 2007 y del desastre financiero de 2008 en EEUU, tiene que ver con los gigantescos cambios provocados por globalización los mercados y los emergentes que alumbró una nueva era el nacimiento del siglo XXI, influye e itera la construcción/destrucción europea y dentro de todo ello aparece un aspecto muy preocupante e influyente en la estabilidad de las bases sociales tradicionales de los partidos mayoritarios tras la II Guerra. Son los cambios y movimientos de población, y la inmigración, que hace crecer, los nacionalismos, la xenofobia, las fronteras como forma de protección ante el miedo, en ocasiones no claramente definido, pero identificado en el genérico, los otros.

Respecto a la cuestión de la inmigración, Hollande ha reaccionado inmediatamente tras el fracaso electoral, lo cual presupone la existencia de estudios e informes sobre los problemas y las posibles alternativas, que al margen de que gusten o no, indican que los socialistas franceses tenían oídos abiertos a otras ideas diferentes a las que ponían en práctica. Opta por un presidente de gobierno del ala derechista, dicen, aunque quizás no sea tanto, pero desde luego sí tiene antecedentes demostrados de posturas duras con la inmigración. Parece que la fuga de votos de electores de izquierdas hacia la xenofobia ha sido preocupante y pretende taponar un poco esa vía de agua.

El problema se las trae, por complejidad e importancia para los partidos mayoritarios tradicionales con opciones de gobierno, y aquí sí que hay que poner las barbas a remojar, con difíciles soluciones en cualquier parte. Lo que está pasando en Francia es imposible reducirlo a la manida decisión en partidos socialdemócratas de políticas o candidatos con mayor o menor peso izquierdista, a la pérdida de votos por la izquierda, centro y derecha como consecuencia de la fragmentación social, de las medidas anticrisis, de la globalización, del mundo verde, surge con fuerza el problema de la xenofobia… Existen experiencias en muchos países europeos que muestran la desmembración de las bases sociales antaño izquierdistas, obreros industriales, trabajadores de servicios y cuello blanco, parados, jóvenes sin experiencia laboral, precariados, subsidiados diversos, dependientes, jubilados,… sectores, ciudades y poblaciones deprimidas, que conviven con los inmigrantes, tiemblan ante la competencia que presuponen más personas para menos recursos.

Lo anterior está ocurriendo, ahora ya, de forma masiva en muchos barrios y ciudades de países europeos, lo cual conduce a millones de personas a luchar entre miserables, por cuotas de miseria, lucha por la subsistencia y por recibir ayudas sociales, viviendas, escuelas, becas,… o los pocos trabajos mal remunerados… así la xenofobia se extiende entre votantes de izquierda y reduce y las ideas de clase y solidaridad que se agotan sin resolver problemas, el internacionalismo y las grandes ideas solidarias decaen en toda Europa. -Hasta el punto de que los estados ricos como Alemania plantean expulsar hasta a los mismos ciudadanos europeos de los otros países pobres, para evitar gastos sociales-.


PD. En España una nueva vergüenza provocada por la postura tomada por los sindicatos de clase en Catalunya arrimándose al soberanísmo. Donde quedó el internacionalismo y la solidaridad?

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