En los conflictos con los emergentes
volvemos a vivir situaciones nada lineales, propias del complejo mundo actual
que nos rodea. Las cuestiones contadas en los post anteriores, las dificultades
y contradicciones que sufren esos países son conocidas con antelación por
analistas y mercados, pero quedan contenidas
por actuaciones previsoras que las descuentan
–consideran o integran- en los precios de las transacciones, que irán subiendo
a medida que aumente el riesgo. Durante meses mucho dinero fue saltando de
países emergentes hacia Europa en busca de oportunidades con menor riesgo,
-este hecho fue una de las señales de cambio de ciclo, tantas veces proclamadas,
que detectaban el freno de la recesión española y europea-.
No todos los capitales se van al
mismo tiempo, hay intereses distintos y además afrontan con criterios
diferentes, realidades y análisis similares, ocurre que algunos fondos de
inversión aguantan posiciones y asumen mayores riesgos por mayor rentabilidad,
siempre pensando en llevarse la última ganancia antes de la caída. Hasta que de
repente un día alguien toma una decisión brusca y el entramado se cae
abruptamente porque todos los afectados, los gestores de fondos, quieren salir
corriendo al mismo tiempo y todos juntos no caben por la puerta. Hay gente pa to.
La caída de las monedas emergentes
supone una subida del euro, lo cual puede venir muy bien a la idea de moneda
reserva competidora del dólar y ser de interés para alemanes y nórdicos, pero
si ya estaba sobrevalorado para los intereses españoles y de países sureños,
ahora empeorará, perjudicará las exportaciones españolas y en general las
europeas hacia el resto del mundo, al encarecerlas y puesto que no tenemos el
recurso nacional de devaluar la moneda para ajustar mejor la salida de la
crisis volveremos a sentir presiones para devaluar salarios. Las ganancias de
competitividad logradas anteriormente solo con rebajas salariales se han ido
por el desagüe, la posible recuperación en ciernes, se puede estancar o
malograr repentinamente.
Sumen a lo anterior que el turismo
que vendría a España, ahora encontrará alicientes por precios más baratos en
países con monedas devaluadas, por ejemplo Turquía. Sigan sumando efectos
negativos, la caída latinoamericana afecta fuertemente a multinacionales
españolas que hasta ahora habían capeado el temporal con los años de bonanza de
los emergentes. –Ítem más el BBVA compró hace pocos meses el segundo banco
turco, Garanti, por lo que se verá afectado negativamente, por el menor valor
de sus activos, a lo cual deben sumar su alta vinculación Sudamericana-
Las relaciones capital-países mutan
con rapidez, las interpretaciones sobre las acciones políticas y económicas
pueden cambiar velozmente, porque los resultados pueden dar giros sorprendentes,
incluso para la misma actuación dependerá de si es realizada en uno u otro
momento; una bajada de tipos de interés hace 5 años puede ser óptima y hoy ser
correcto lo contrario, dependerá del ascenso o caída de uno mismo y del
entorno. Los resultados de una acción pueden ser diferentes incluso en el mismo
instante para la misma actuación, dependerá de a quién beneficie y perjudique
en cada momento.
Una devaluación beneficia a sectores
exportadores, por abaratar contra el resto del mundo y perjudica importaciones
por encarecerlas, una subida de tipos de interés fortalece la moneda, también
limita la cantidad de dinero en circulación, frena la inflación, encarece el
precio del capital para invertir, lo cual ralentizará el crecimiento, pero
realizada ahora en EEUU, animará a muchos inversores a deshacer posiciones en
el resto del planeta y tomar bonos del Tesoro americano, más seguros que los
riesgos que quieren asumir en esos países emergentes, al fin y al cabo el dólar
es la moneda de reserva mundial en un 65% por seguridad y estabilidad
tradicionales de las últimas décadas. La segunda moneda de reserva es el euro,
a gran distancia, con un 25%. Libra y Yen, a pesar del enorme poder británico y
japonés, representan solo alrededor del 4% cada una. –Parece que el reminbi, o
yuan chino, irá asumiendo algo de este papel todavía lejano-
Este es el mundo actual, complejo y
cambiante, a pesar de lo cual no es lo mismo una cosa que otra, pero en el que una
postura pétrea no garantiza nada, una posición mantenida inmóvil a lo largo del
tiempo de poco sirve para explicar y resolver situaciones cambiantes y
contradictorias. Los cambios de largo plazo, las tendencias principales nunca
son lineales, dan bandazos constantes a los lados, lo normal es que produzcan
grandes rupturas arriba y abajo, lo malo es quien no se adapte a corto, y largo plazo y le pillen con el pie
cambiado tanto a corto como a largo.
La salida de la crisis española
tiene mucho que ver con estas reflexiones, nuestras élites no vieron la
tendencia de largo que marcó el ascenso de los emergentes, y no prepararon el
país para el tsunami que suponían las crisis, durante 20 años profundizaron ampliamente el capitalismo de amiguetes que nos ha acompañado hasta aquí, no modificaron
comportamientos, instituciones, modelos productivos, etc. etc. Y los inútiles
actuales creen que con bajar los salarios han resuelto el problema, torpes no
entienden el cambio de tendencia de largo plazo que representan los mercados,
la globalización y el ascenso de los emergentes, están convencidos de que es un
cambio pasajero, pero nada más lejos de la realidad, porque los emergentes, aunque
no todos son iguales, a pesar de sus problemas, que previsiblemente no les
llevarán a controlar el mundo a medio plazo, -como algunos pensaban- pero tampoco
les dejarán en la posición que tenían anteriormente en el siglo XX. Sobre el
problema global vean ‘El poder de los mercados. Y los españoles’Manuel Herranz, 2013.
-En
2012, según cálculos del Tesoro australiano la suma de las economías menos
desarrolladas superó a las de países ricos… En los emergentes tienen sede unas
20.000 multinacionales emergentes, sus inversiones hacia otros países han
pasado de 12.000 millones de $ en 1991 a 384.000 millones en 2011, los
inversores emergentes fueron responsables de más del 40% de fusiones y
adquisiciones globales… ‘El fin del
poder’, Moisés Naím, editorial Debate.-
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