“No habrá rescate y si lo hay se acaba el euro y hay que rescatar a toda Europa. Y punto’’, dice Felipe González. No habría que descartar que con los comentarios de estadista tratara de contribuir a calmar la situación, pero en todo caso, la frase, no la comparto como reflejo seguro de futuro, nadie puede aventurar la aparición de un ‘cisne negro’, pero las cosas improbables, ocurren.
El hecho de que el euro se acabe, cuya principal batalla se libra en España, empieza a extenderse por los gabinetes de estudios, gubernamentales, empresariales, ‘think tank’, que contemplan varias opciones posibles; la eliminación total del euro, o el surgimiento de un euro fuerte, lo cual dejaría a otros con sus monedas débiles, o la creación de un euro débil, con la salida de las monedas fuertes… No olvidemos que hay vida fuera del euro incluso países de la UE no pertenecen a la eurozona, sí es posible su destrucción.
Entiendo que muchas veces las discusiones se enredan en torno a palabras y no tanto a ideas, en este caso las palabras rescate e intervención, pueden querer expresar las mismas ideas, o diferentes, aquí amplío el artículo de ayer ‘Pues claro que puede ser intervenida’ en torno al concepto que usé de intervención. Desde luego es un problema de grado y no de ‘blanco o negro’, y máxime para un socio de un club como la eurozona, en la que aceptamos un cierto nivel de intervención común, mutua. De hecho en el caso de España, algunos niveles de intervención, superiores a los de otros países, ya se están produciendo, suavemente desde mayo 2010, acelerados en los últimos meses, agravados estas semanas. También es cuestión de tiempo, las cosas en economía y en política no aparecen de repente de un día para otro, se van produciendo hechos que aproximan o alejan el punto de inflexión –a definir si es la intervención formal, plena y pública-, como la quiebra de Grecia, conocida y en proceso desde bastantes meses antes de oficializarse últimamente.
Precisamente porque el rescate es dificilísimo, dado el tamaño tan grande de la economía española, la 4ª de la eurozona, es por lo que facilita las puertas de una intervención ‘ad hoc’. Comisarios de Bruselas, controladores del FMI, y asesores del BCE, -la troika-, amén de funcionarios diversos de los más importantes países, nos visitan, para analizar y auditar nuestra situación, cifras, políticas…, ‘sugerir’ cambios legales y presupuestarios… pueden subir un escalón, afincarse en España para controlar, supervisar, negociar, por ejemplo los Presupuestos del Estado y autonómicos, tanto en sus vertientes de ingresos ‘sugiriendo’ aumentos de impuestos como por el lado de los gastos, sugiriendo recortes muy superiores a los actuales. En esta gradación de intervención pueden llegar a establecerse como grupo de decisión en las decisiones económicas, presupuestarias y políticas, sin descartar gobernantes no elegidos, los famosos tecnócratas.
Ese grupo numeroso de interventores, asesores, comisarios, -cambiarán de nombre en función del grado de intervención- actuarían como un gobierno en la sombra, ellos marcarían el tiempo para conseguir los objetivos, entregando préstamos de funcionamiento a cada nivel logrado, decidirían el monto de los ajustes, su duración, las partidas y servicios que eliminarían, los impuestos que subirían, -el IVA parece cantado subirá- la reducción de la administración estatal… y además ‘ordenarían’ las reformas en las áreas de; laboral, pensiones, competencia, fiscalidad, modelo productivo, financiero, etc. etc.
Recuerden ustedes que nuestro déficit es de unos 90.000 millones de euros, es decir, no tenemos el dinero suficiente para el funcionamiento diario del Estado, nos tiene que ser prestado cada día. Ellos decidirían cuánto dinero nos darían y a qué precio y en qué momento, en función del cumplimiento de objetivos. En sus manos quedaría la posibilidad de seguir entre el grupo de países de cabeza mundial o la destrucción de nuestro aparato productivo –sí mucho más que ahora- y dejarlo convertido en servidores de turismo de sol y playa ¿Para qué iban a molestarse en poner en marcha una capacidad productiva competitiva con sus intereses nacionales?
Como pueden comprobar ustedes, algunos grados de intervención ya se están produciendo, pero evidentemente queda camino por recorrer hasta una intervención formal, reconocida, pública, que aumentaría el desastre para la mayoría de la población. Para los españoles este año 2012 será decisivo –no se preocupen no será mañana o la semana próxima, pero estén atentos a los acontecimientos y medidas que nos alejarán o acercarán a la plena intervención.
PD: 'El País', viernes 13.
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