1.- LOS HECHOS HISTÓRICOS
‘Ahora sí,
las izquierdas juntas gobernaremos.’
Pero…
nada indica que esta vez sea diferente.
Asamblea Nacional Constituyente surgida
de la Revolución Francesa, 11 de septiembre de 1789, en la discusión de uno de
sus artículos se establece la posibilidad de veto absoluto por parte del Rey a
las leyes emanadas de la Asamblea; los que estaban a favor se sitúan a la
derecha del presidente de la misma, los que defienden la soberanía nacional,
por tanto, contrarios al absolutismo, se ponen a la izquierda. Desde entonces,
la Izquierda es asociada a la defensa del cambio social y los
valores de la Ilustración, racionalidad y laicismo, concentrados en las
proclamas de libertad, igualdad y fraternidad, o solidaridad, que dieron lugar
a la Revolución Francesa.
Condorcet es uno de los más destacados
ilustrados, activo partidario de la Revolución desde sus inicios, representante
de París en aquella Asamblea; en 1791 es elegido secretario de la misma. La
Asamblea lleva a Luis XVI ante los tribunales acusado de traición, Condorcet es
uno de los acusadores, aunque contrario a que el Estado practicara la pena de
muerte. En 1793 votó en contra de la constitución de los jacobinos, considerado
desde entonces traidor a la revolución, es perseguido, se da a la fuga, finalmente
encarcelado. El 29 de marzo de 1794 murió en su celda.
‘Condorcet
fue uno de los grandes matemáticos de todas las épocas, uno de los fundadores
del cálculo diferencial y
el primero
que estudió el posible empleo
de las
matemáticas en la toma de decisiones…
Fue también
defensor de la igualdad de derechos
de la mujer,
de los pueblos y las razas y un abolicionista
que planificó el primer sistema educativo
nacional’.
‘La
Ilustración.’ Anthony Pagden. Alianza Editorial.2015.
Desde el instante que nace el
concepto Izquierda, un sector de los revolucionarios liquidó a
individuos que poco antes eran camaradas o aliados. No es que en el pasado,
antes del S XVIII, no ocurriera lo mismo, siempre hubo enfrentamientos entre
individuos que podían coincidir en la defensa de intereses similares, lo
significativo del mito de la unidad de las izquierdas es que pasa el tiempo y
nuevas generaciones vuelven a soñar con esa especie de paraíso, sin aceptar que
existen diversidad de grupos porque hay diversidad de intereses y
sensibilidades, hay multitud de emociones y sueños que darán lugar a
cosmovisiones diferentes, aunque parezcan coincidentes, o incluso lo fueran
momentáneamente, siempre existieron grupos que creyendo estar en posesión de la
verdad pretendieron obligar a los otros a vivirla como ellos.
Dentro de las izquierdas, -en toda
ideología, lugar y época-, hay teorías e individuos que creen que la solución
pasa por derrotar a los otros, y convertirse en libertadores del pueblo; creen
que los conflictos se sustancian aplastando a los que piensan diferente.
Existen grupos enfrentados dentro del mismo panel ideológico, en este caso
izquierdas, los seres humanos que desarrollan espíritu crítico se creen
fácilmente en posesión de la verdad, quizás confundidos con los esfuerzos
realizados para llegar al conocimiento que los hace sentirse superiores.
Naturalmente también hay enfrentamientos brutales dentro de las izquierdas,
porque entre dichos grupos e individuos conviven intereses distintos, de clase,
nacionalidad, religión, sexo… diferentes postulados ideológicos, políticos,
económicos, de identidades cruzadas en porcentajes diferentes…
La historia está jalonada de conquistas
de libertad e
igualdad, justicia y solidaridad,
protagonizadas
por las izquierdas.
Pero también protagonizaron
múltiples luchas fratricidas.
Los siglos XIX y XX están bañados por la
expansión del movimiento obrero en lucha contra la explotación y por un mundo
nuevo; las luchas por los valores laicos, reconociendo al ciudadano como piedra
angular de derechos y la separación de Iglesia y Estado, luchas por la
libertad, igualdad y solidaridad, toman su mayor fuerza y empuje dentro de la
lucha de clases; contra la explotación y represión nacen, se organizan y luchan
las grandes corrientes anarquistas, socialistas y comunistas. Aunque las
sufragistas existieron en el XIX, la lucha feminista cobrará un enorme empuje
en el XX, el siglo de la revolución de la mujer, y tras la II Guerra Mundial
crecerá el movimiento ecologista, ambos movimientos con similares prácticas de
enfrentamientos internos y diferenciación de intereses volcadas en escisiones.
De cada corriente principal surgen unas
cuantas que se diferencian entre sí, dichas corrientes secundarias a su vez
alumbrarán múltiples organizaciones y grupos que se pelearán por ser los más
puros en la interpretación de los textos fundamentales, al tiempo creerán ser
los más eficaces luchadores para conquistar un mundo sin explotación ni
represión… La unidad de la izquierda comenzará por contener tres o cuatro
grandes corrientes: anarquistas, socialistas, comunistas –luego también
feministas y ecologistas- que se irán fragmentando en otras varias cada una de
ellas, que a su vez se irán escindiendo en multitud de grupos. Particularmente
destacable es que todos los partidos o grupos, fueran grandes o pequeños, de
hace cien años o diez, todos hablarán de crear la unidad de la izquierda; pero
en torno a ellos. No toda la historia de las izquierdas se pierde en luchas
internas, ni mucho menos, las conquistas sociales están unidas a fuertes luchas
empujadas por partidos de izquierdas, pero conviene considerar la experiencia
histórica de momentos cruciales en los que la violencia interna entre las
izquierdas se desató. Ello también forma parte de la experiencia resumida a
continuación.
La Primera Internacional. El movimiento
obrero tuvo un marcado carácter internacionalista que fue plasmado en la
creación a mediados del XIX de la AIT, (1864), inicialmente con amplia
diversidad de movimientos y tendencias, multitud de grupos se unieron. Marx
tuvo un papel preponderante en su creación, en ella confluyeron socialistas y
anarquistas, -inicialmente Proudhon por poco tiempo por fallecimiento-. Bakunin
se incorpora cuatro años después, produciéndose múltiples luchas internas entre
las dos grandes corrientes, hasta la expulsión de Bakunin pocos meses después
de la Comuna de París de 1871. La Internacional se disuelve en 1876 sin haber
logrado la unidad de las izquierdas, al contrario, provocando innumerables
enfrentamientos entre socialistas y anarquistas, sin duda con argumentos de
calidad desarrollados en una u otra acera por eminentes intelectuales.
La Segunda Internacional (1889-1916) el
Primero de Mayo como fiesta de los trabajadores y el himno de La Internacional
se deben a ella. Reduce la confluencia unitaria de las izquierdas a los
partidos marxistas, lejos de hacer más sencilla la unidad partiendo de una sola
gran corriente, mostró nuevas segregaciones, los socialismos se fragmentan en
dos grandes corrientes, revolucionarios y reformistas, -Rosa Luxemburgo, Eduard
Bernstein-. La Iª Guerra Mundial, aumentó aún más la desunión y los enfrentamientos
al sumar a la identidad de clase, los componentes nacionales, provocando
rupturas y violentas luchas entre las izquierdas.
La Tercera Internacional, o Komintern,
nace tras la Revolución Rusa en 1917, vive hasta la IIª Guerra Mundial. Se creó
por Lenin, nuevamente el mito de la unidad de las izquierdas se hace trizas por
los combates de los partidos comunistas contra los socialistas y anarquistas de
los países europeos, en esta ocasión al pretender subordinar toda acción al
bien supremo de la defensa de la revolución en un solo país, la defensa de la
URSS. Mientras en Europa nacen los fascismos y es entonces cuando el Komintern impone
a los partidos comunistas europeos la política de todos juntos, izquierdas y
republicano burgueses contra el fascismo. En 1935 postulan el Frente Popular en
Francia y España y vencen en las elecciones de 1936.
La Cuarta Internacional nace en 1938,
como consecuencia de la persecución de los comunistas a los trotskistas,
(Stalin contra Trotski). Otra vez el mito de la unidad de las izquierdas queda
arrumbado; cada nueva Internacional es sinónimo de otra corriente de
izquierdas, cada vez que se intenta nuclear y unir las organizaciones obreras a
través de una nueva Internacional, implícitamente está suponiendo aceptar que
la unidad de las izquierdas es un mito.
El mito de la unidad en revoluciones triunfantes
‘Antes del
estallido de la guerra (en los 40) en la Escuela de Periodismo de Minsk, al
regreso de vacaciones de verano no quedaba ninguno de los profesores del curso
anterior:
Los habían
arrestado a todos.’
Svetlana
Aleksiévich. ‘El
Fin Del Homo Sovieticus’. Acantilado.
En las revoluciones triunfantes la
unidad entre revolucionarios pareció frágil; al margen de enormes desastres,
represión y muertes infringidas a los derrotados, aquí interesa poner el foco
sobre las relaciones internas entre los vencedores. En la Revolución Rusa no
solo fueron perseguidos los aristócratas y los
blancos, también fueron aniquilados miles de líderes revolucionarios,
cuadros políticos de primer nivel, los discrepantes y críticos de izquierdas
eran torturados y enviados a gulags, fueran intelectuales, diplomáticos,
expertos gestores, obreros, dirigentes, artistas, poetas, -la revolución estuvo
fuertemente apoyada por millares de artistas, poetas, escritores, cineastas,
pintores… liquidados poco a poco-. Lo paradójico es que los verdugos de un año,
pasaban a ser víctimas al siguiente año.
Las purgas comenzaron desde el
principio, pero estallaron en la segunda mitad de los años treinta, cientos de
miles de militantes del partido fueron expulsados y perseguidos entre 400.000 y
1.000.000 -’En el XVII Congreso (1934) tenía el P.C.U.S. 2.817.000
afiliados, en el XVIII Congreso (1939) había descendido a 1.568.000; a la
diferencia habría que sumar los miembros nuevos y deducir las bajas por razones
diversas, desde fallecimientos hasta expulsiones que no iban acompañadas de
detención, y quedaría una cifra de cerca de un millón de miembros del Partido
arrestados. ‘Auge y caída del comunismo’. Antonio Fernández
García. Cuadernos de Historia Contemporánea. 1999, número 21.-Perseguidos
y represaliados fueron bolcheviques, socialistas, comunistas, anarquistas,
izquierdistas, enviados a gulag y/o ejecutados; todos los líderes bolcheviques
compañeros de Lenin en su Gobierno y Comité Central de los primeros tiempos
fueron procesados. –
Otro aspecto es el terror global, fuera
de la intención de este trabajo que pretende centrarse en las luchas
fratricidas izquierdistas, a pesar de ello no me resisto a facilitar un apunte.
Centenares de miles de rusos fueron expulsados de sus aldeas y de las grandes
urbes, reprimidos, torturados e internados en campos de concentración por los
jerarcas comunista, las cifras que manejan distintas fuentes pueden llegar a
finales de los años treinta hasta 14 millones de detenidos, un millón de
ejecutados y dos millones de muertos en los campos/gulags, Robert
Conquest, ‘El Gran Terror’. En otra obra estremecedora publicada
recientemente, resulta difícil seleccionar solo unos pocos párrafos de sus
1.000 páginas para mostrar la eliminación de cuadros militantes de izquierdas,
algunos de la vieja élite revolucionaria, cuadros bolcheviques, generales,
altos dirigentes fabriles, deportistas, todos conspiradores, espías, traidores,
golpistas, …
‘En el
espacio de un año (1937) fueron arrestadas cerca de dos millones de personas,
unas setecientas mil de las cuales fueron asesinadas, y casi 1.3 millones
enviadas a los campos de concentración y a colonias de trabajos forzados’… ‘a
principios de 1939, 110 de los 139 miembros y candidatos del Comité Central
elegidos en 1934 por el XVII Congreso del Partido Comunista, habían sido
detenidos, a mediados de 1939 en la ciudad y territorio de Moscú solo quedarían
ejerciendo su cargo 7 secretarios del Partido de aquellos 139, todos los demás
habrían sido arrestados y fusilados o cometido suicido’… ‘De las 63 personas
elegidas en mayo de 1937 para integrar el Comité regional del Partido en Moscú,
solo quedaban 10 en sus puestos en junio de 1938…’
Karl
Schlogel. ‘Terror y Utopía. Moscú en 1937’. Acantilado.
En China tras el triunfo de la
revolución en octubre de 1949, durante el maoísmo triunfante sucedió algo
parecido a Rusia, no solo hubo represión y aniquilación a los no
revolucionarios, sino que también en las propias filas del Partido Comunista
las purgas fueron intensas, en la mitad de los años cincuenta, afectaron a más
del 10% de los militantes. Aquí los datos son más imprecisos que en Rusia, en
donde tras el derrumbe del socialismo se fueron abriendo archivos con nuevas
informaciones que permitieron contrastar y consolidar informaciones anteriores.
En la segunda mitad de los sesenta la
Revolución Cultural supone violentas luchas internas entre los diferentes
grupos de poder del Partido, son luchas cainitas entre camaradas con posturas
izquierdistas. –Lin Biao sucesor de Mao, muere en accidente de avión en 1971
cuando intenta escapar, enormes discusiones siguieron para determinar si era un
revisionista o un extremista de izquierda-. El ejemplo sintetiza la dinámica de
la Revolución Cultural, que supuso otra vuelta de tuerca a la represión interna
que llevó a ‘reciclarse’ a campos de trabajo a millones de cuadros militantes,
dirigentes del Partido Comunista y miembros de anteriores gobiernos maoístas.
Para terminar con los desmanes de la Revolución Cultural, Mao imprime un giro
represivo de 180º, cedió poderes al ejército que desató una feroz represión de
los que días antes eran los ejecutores.
En el sudeste asiático, sobre todo en Laos
y Camboya ganaron las fuerzas comunistas tras la guerra de Vietnam, la
brutalidad de las purgas y asesinatos fueron enormes en Camboya donde se
produjo uno de los mayores genocidios del siglo XX -un 30% de la población
murió-. El Khmer Rojo, los jemeres rojos, comunistas
rabiosamente nacionalistas, enfrentados tradicionalmente a los comunistas
vietnamitas, en 1975 Angka, el partido comunista, tomaron el poder con Pol Pot
a la cabeza, durante mucho tiempo mantuvieron en secreto la identidad de los
miembros del gobierno, expulsaron con las armas a millones de individuos de las
ciudades al campo, considerados traidores a la causa por ser población urbana,
hasta prohibieron la palabra ‘dormir’ y la medicina moderna.
Entre 1975-1979 asesinaron a millones de
compatriotas, gran parte de los cuales eran compañeros de la guerrilla. En uno
de los muchos centros de tortura y exterminio que se crearon, Tuol
Sleng, ubicado en lo que había sido un colegio secundario. De las veinte mil
personas que entraron en él, en su mayoría militantes del KR acusados de
traición, se conocen sólo seis sobrevivientes. Camboya y el Khemer Rouge: ¿Cómo
fue posible? Uriel Kuzniecki. 2009. Los comunistas de Pol Pot
masacraron a cientos de miles de comunistas camboyanos, luchas cainitas entre
izquierdistas, hasta que fue derrotado por los comunistas vietnamitas en 1979,
que entraron en Camboya en ayuda de un sector de comunistas camboyanos aliados.
España: Un paradigma de luchas entre
izquierdistas
‘El comienzo
de la revolución española
–la única
revolución que tuvo lugar en Europa durante la existencia de la Internacional
Comunista, aparte de la efímera república soviética húngara de 1919- cogió
desprevenidos a los dirigentes del ‘partido mundial’.
‘La
crisis del movimiento comunista’, Fernando Claudín.
España es modélica en luchas
izquierdistas, enfrentamientos de unos contra otros y dentro de cada gran
corriente o agrupamiento, que históricamente fueron: los anarcosindicalistas,
FAI y CNT –La importancia mundial del anarquismo español fue enorme, el Congreso
extraordinario de Madrid en 1931, cuentan que reunió a ¡¡¡500.000
afiliados!!!-. La otra gran corriente vinculada al marxismo fueron los
socialistas –Indalecio Prieto vs Largo Caballero-. Anarcos y socialistas no son
defensores inicialmente de la República de abril de 1931, la consideran
puramente burguesa, los socialistas restringirán su colaboración con ella y los
anarcos plantearán ninguna colaboración. Las escisiones crearán nuevas fuerzas
de izquierda comunistas, trotskistas… dice Claudín que adscritos a la
III Internacional en 1931 contarán en España solo con 800 miembros, su
postura inicial se condensa en la consigna de ‘Abajo la república
burguesa de los capitalistas, los generales y el clero’, (sic), utilizada
con la intención de despreciarla llama la atención su ‘claridad de
percepción’ cuando al tiempo se extiende la quema de iglesias y
mientras los generales preparan un golpe de estado.
‘Una huelga
parcial puede tener mayor importancia para la clase obrera internacional que
ese género de ‘revolución’ a la española, efectuada sin que el partido
comunista y
el
proletariado ejerza su misión dirigente.
Manuilski.
Comité Ejecutivo Komintern. Febrero 1930.’
Citado en ‘La
crisis del movimiento comunista’,
Fernando
Claudín. Ediciones Ruedo Ibérico.1970.
España vive en los años treinta una
situación explosiva, pre-revolucionaria, en la cual los enfrentamientos
violentos dentro del campo de las izquierdas fueron constantes desde 1931 y en
plena Guerra Civil, mientras la República está sometida a intensos ataques
fascistas, los partidarios de ‘hacer la revolución para ganar la guerra’ y
los partidarios de ‘ganar la guerra para hacer la revolución’ facilitaron
la destrucción de ambas por el ejército franquista. Unos hechos quedaron
escritos para la historia de las luchas entre izquierdistas, la aniquilación
del POUM, -anarco marxistas-, narrado poderosamente por George Orwell
en ‘Homenaje a Cataluña’.
Tras la derrota de la IIª República y la
postguerra, en el tardo franquismo, desde el 68, nuevos movimientos sociales,
comunismos, antiimperialismo, feminismo, ecologismo, democracia radical,
derechos civiles, … inician una nueva época visualizada en: París, Praga,
Vietnam, Berkeley, Berlín, Italia…, desde entonces hasta la Transición, las
disputas entre izquierdistas viejos y nuevos vuelven a arreciar, multitud de
partidos y grupos políticos luchan entre sí. José M. Roca en ‘‘El proyecto
radical’, La Catarata 1994’, cifra en 50.000 el número de militantes en los
momentos de máxima expansión; Leguina los sitúa en 15.000, en mi opinión no más
de 30.000, que después de la muerte de Franco aumentarían al ir disminuyendo la
represión.
Entendiendo por militancia un compromiso estable y duradero
durante cierto tiempo en el que se acepta la disciplina de organización y se
realizan acciones de agitación, propaganda y proselitismo en lucha contra los
poderes políticos y económicos. En la obra citada J.M. Roca referencia 80
grupos de los que sigue el árbol genealógico de innumerables escisiones, pág.
49 ss. (Posteriormente a este escrito, en el Congreso ‘Las
otras protagonistas de la Transición: Izquierda Radical y Movilizaciones
Sociales”
celebrado en Madrid en
febrero de 2017, presenté la ponencia ‘Militancia radical. Éramos muy pocos’, en la que aporto datos y cifras sobre el
tema).
‘De modo que,
cuando la rebelión militar de julio de 1936
puso a la
República a los pies de los caballos,
los partidos
y sindicatos que acudieron a sofocarla
conservaran, por
encima de su adhesión o lealtad
republicana, su
identidad propia, su cultura y prácticas políticas, sus estrategias y sus metas
finales,
que no eran
la República de 1931
sino el
comunismo, el socialismo, el anarquismo o la independencia de sus naciones: por
eso luchaban
y por eso
morían y por eso merecen ser recordados.’
Santos Juliá ‘Una tradición inventada’.
Muchos años después de derrotada la IIª
República, será cuando muchos defiendan el mito, el imaginario de lo que pudo
significar. Muerto Franco, ya en la democracia, miles de nuevos activistas de
todo tipo y condición portarán la bandera republicana en cada manifestación o
reivindicación como símbolo de izquierdismo, los nuevos izquierdistas no sabrán
que la República fue combatida en sus inicios por amplios sectores
izquierdistas, entonces revolucionarios, malamente soportada después, apoyada
según criterio de cada uno por su lado, sin reconocer nunca una autoridad
unitaria, traicionada en plena guerra por los nacionalistas, PNV, ERC que
intentaron pactos con Franco y otros gobiernos extranjeros, alemán e italiano…
La II República contaba inicialmente con
los republicanos burgueses, la intelectualidad, las pocas clases medias urbanas
y por muchas familias campesinas y obreras –otras familias obreras y campesinas
apoyaron a las izquierdas revolucionarias. La República en gran medida estuvo
abandonada por corrientes y partidos izquierdistas, es hoy después de
muchísimos años cuando se festeja y reclama como símbolo, por izquierdistas que
agitan su bandera tricolor. Para contraponerla a la democracia.
Un aspecto destacable relacionado con el
mito de unidad durante la lucha antifranquista; a partir de los años sesenta todos
los izquierdistas mencionábamos en nuestros papeles la pretensión de unidad,
tanto los partidos clásicos como los nuevos, los pro rusos o pro chinos, los
trotskistas, los albaneses, los guerrilleros… todos decíamos
construir el partido porque el PCE y el PSOE eran traidores para unir a la
clase obrera, en España, durante el franquismo el movimiento feminista y
ecologista fueron secundarios. Todos descalificábamos al resto, unos querían
construir la democracia, otros hacer la revolución, o la revolución permanente,
o construir una democracia popular, … Una docena de partidos izquierdistas
obtuvo en 1979 algo menos de un millón de votos, insuficientes los de cada uno
para sacar diputados, -El PCE obtuvo cerca de dos millones, el 10% de los
votos- otros partidos se abstuvieron; y HB, EE, PAR, ERC, lograron diputados
por mayor concentración provincial de votos, tras sumar en total 474.655 votos.
Un caso particular aumenta las disensiones en las izquierdas españolas,
se trata de la plurinacionalidad, lo cual está conduciendo a algunos activistas
a defender el derecho de autodeterminación, -dicen pretender separar lo unido
para después volver a intentar unirlo federalmente- ya que consideran Galicia,
Euskadi y Cataluña como colonias, por tanto con derecho a independizarse, ello
implicaría aceptar una ilusión que choca con la evidencia, sería la dominación
política, económica y cultural ejercida por los castellanos, extremeños,
andaluces… que tendrían supuestamente mayores derechos y riquezas que los
habitantes de esos territorios supuestamente colonizados, a quienes por tanto explotarían y reprimirían.
En la actualidad habiendo desaparecido la soberanía absoluta de la
escena de las naciones, con gran parte de la soberanía nacional compartida
dentro de la España federal actual, y mucha soberanía repartida dentro de la
Europa comunitaria y la eurozona; para otros muchos, la pluralidad de naciones
no debería ser impedimento político para convivir en el mismo estado
democrático; al fin y al cabo en el mundo hay unas 6.000 naciones y solo 200
estados, lo cual indica que la mayoría de estados son plurinacionales.
Continuará
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