Jaime Miquel es uno de los mayores
expertos demoscópicos desde hace 40 años en los que ha trabajado para todas las
formaciones políticas, de izquierda principalmente. Podríamos hacernos una
buena idea del futuro electoral tomando algunas de sus reflexiones vertidas en
‘La perestroika de Felipe VI. RBA’. En dicho libro publicado en 2015, con
trabajos hasta 2014, mantiene la teoría de que existe una mayoría social
emergente de ruptura que cifra en unos 8.5 o 9 millones de votantes que pueden
determinar unos 100 diputados de los 350 del Parlamento. Eran momentos de
rápido ascenso de Podemos como gran aglutinador de los rupturistas sin
distingos de izquierda o derecha,-todavía no había surgido Ciudadanos-, de los
3.3 millones supuestos votantes a Podemos que daban las encuestas, 1.3
procedían del PSOE, 0.5 de IU, 0.5 del PP, 0.5 de otros varios partidos y 0.5
de la abstención.
La mayoría social de ruptura, con el
bipartidismo, con el régimen del 78… irá creciendo cada año en función de la
incorporación de nuevas cohortes de jóvenes que no logran entrar en el sistema
y que tiende a expulsar los que están dentro, de ahí el interés de los nuevos
partidos y protagonistas sociales por bajar la edad de derecho a voto, como el independentismo
catalán que sabe contará con todos los votos nuevos. Esa mayoría social de
rupturistas se consideran enfrente del sistema, en su gran mayoría no siente que
su identificación principal sea izquierda/derecha, son gente sin dinero y sin
recursos, sin trabajo estable, harta de corrupción, jóvenes que tienen asumido
un componente generacional diferenciador, alto contenido tecnológico y/o
utilización de redes, no se siente representada por los partidos tradicionales,
ni por las instituciones, con enormes dudas ante el modelo territorial, que
rechaza el actual sistema electoral, con formación estudiantil superior a las
viejas cohortes…
Miquel, a partir de masivos datos
demoscópicos, cifra los cuatro grupos en que divide a la totalidad de población
española que se verán reflejados en los resultados electorales de este ciclo
electoral; un 30% de abstencionistas; un 30% de bipartidistas PP, PSOE; un 20%
de reformistas; y un 20% de rupturistas nacionales/estatales. Las grandes
cifras de población española en 2014 contenidas en los cuatro grupos anteriores
pueden sintetizarse en los siguientes apartados:
4 millones nacidos antes de 1938,
los niños de la guerra.
9 millones nacidos entre 1939-1958,
la autarquía.
9.5 millones nacidos entre
1959-1973, los reformistas.
20 millones nacidos después de 1974.
Del último grupo unos 12 millones de
jóvenes mayores de 18 años representan algo más de un tercio del censo
electoral. Todas las encuestas dicen que los votantes de Podemos y Ciudadanos tienen
mayor nivel de estudios que los bipartidistas y la media de edad más baja, siendo
la más alta la del PP, algo menor la del PSOE.
Mantiene que en España coexisten
varios sistemas electorales en unas mismas elecciones generales, dada la
diversidad territorial y el sistema electoral particular español que prima
mucho más las zonas menos pobladas, rurales, que las más pobladas urbanas y que
dicho sistema electoral predetermina mínimos provinciales. Analizado todo ello
llega a la conclusión de que las encuestas deben verse en función de a) un
escenario global, b) un escenario local, c) un escenario catalán, y d) un
escenario vasco.
En los escenarios vasco y catalán
tanto PP como PSOE han pasado a ser residuales, no así la mayoría
emergente de ruptura, tanto Podemos como Ciudadanos, que cuestiona el poder a
los nacionalismos. En el escenario Global y local, el PP y el PSOE pierden unos
200.000 votos cada año, el tiempo juega a favor de la ruptura. En la tesis de
Miquel, cuyo espíritu es rupturista, en las elecciones del actual ciclo,
ejemplo 20-D, ninguna suma daría posibilidad de gobierno que permitiera
realizar las reformas necesarias para mantener el sistema. La perestroika debía
ser realizada por Felipe VI –querido por la gran mayoría de los republicanos-
con la suma de PP+PSOE, la gran coalición, solo ellos podían sumar, para dar
paso a las siguientes elecciones en donde lo nuevo se impondría claramente a lo
viejo, una vez reformado el injusto sistema electoral.
De los aproximadamente 36 millones
de personas que conforman el censo electoral 2014/15, un 38% de los mismos
viven en 500 ayuntamientos de población entre 10.000 y 100.000 habitantes, otro
38% vive en 47 ayuntamientos grandes, tienen población superior a 100.000
habitantes. Y un 26% viven en 7.500 ayuntamientos con población menor a 10.000
habitantes. Lo anterior debe condicionar las campañas electorales de los
partidos, para que se dirijan fundamentalmente a los 47 ayuntamientos con mayor
población, más las 52 capitales de provincia, además de incluir un número
seleccionado de ayuntamientos medios de entre 30.000/100.000 habitantes.
Las contradicciones de la generación
de ruptura son enormes, millones de individuos diversos y dispares se unen contra
el sistema, aunque difieren en las alternativas. Pero en el grupo bipartidista
las diferencias entre electorado y partidos son parecidas, por ejemplo si
tenemos en cuenta el aspecto de estructura del estado, en el PP el apoyo al
actual sistema autonómico, que defiende la élite del partido solo lo refrenda
un 40% de su electorado. En el caso del PSOE el apoyo al modelo federal que
defiende la élite socialista, sólo lo refrenda el 30% del suyo.
Estamos inmersos en una crisis de
dimensiones colosales y la dispersión de los partidos nuevos y viejos no
permite soluciones, las campañas electorales no variarán las bases materiales
en las que se asienta la realidad, competitividad mundial, crisis
demográfica, contradicciones europeas, deuda mundial, estancamiento secular, pérdida
del trabajo, robotización y nuevas tecnologías... Los partidos viven influidos
por los vientos cambiantes, la situación tremendamente diversa con gran
disparidad de la población española, europea y mundial, que no conforma
mayorías como ocurría años atrás. A la enorme debacle económica, que sigue y
seguirá por unos años, se une la crisis política, institucional, de sistema de
estado, de sistema electoral, la corrupción,… la necesidad de reformas es
urgente para quien quiera evitar la ruptura y las cifras no cuadran para dar
mayorías de gobierno que puedan acometer las reformas necesarias. Y si no se
hacen tengan por seguro que empeorará y mucho la situación económica y política
de todos los españoles.
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